Caminare sin dudar. Luchare hasta el final. Y viviré, yo sé que al final sonreire.

jueves, 29 de julio de 2010

La verdad de la vida

Hoy me di cuenta de la verdad de la vida: soy una pequeña hormiga en el universo.

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Sin ofender hormigas...

miércoles, 28 de julio de 2010

¿Cómo saber si me quiere?

¿Cómo saber si me quiere?
La desesperación entra en mi ser, las dudas son inevitables, y mis lagrimas involuntarias.
Quiero confiar en él, pero las voces en mi cabeza me meten demasiadas ideas.
Ojala simplemente pudiera dormir para tener un diferente despertar.
Quisiera dejar pasar el tiempo, que las cosas de las que padezco encuentren su propia solución, como dicen, solo el tiempo las soluciona.
Entonces, porque por más que espero ¿no pasa nada?
A veces noto tu fría indiferencia, y me duele hasta el alma, quisiera llorar y gritarle al mundo lo que siento y lo que quiero, un tiempo diferente en un lugar diferente.
¿Pero cuantas veces es eso posible?... claro esta sin tener que esperar.
Me es tan tedioso tener que esperar por algo, siendo esto cuando se trata de una espera abrumadora mente terrible, con sufrimiento que te va desgarrando por dentro.
Una espera que se ríe y se mofa de todas y cada una de tus lágrimas derramadas, saladas.

Simple y sencillamente no sé que pasa, no sé que pasará.
Tanto pensé que el cielo por fin empezaba a brillar para mí, con su arcoíris y toda la cosa, cuando de la nada un rayo cruza el cielo y sus negras acompañantes llegan, nublando toda posibilidad de un sol radiante. Un trueno me grita a mil voces que todo esta mal, que el tiempo más bello que vi jamás se ah ido como solo el tiempo sabe: volando.
Me hago de oídos sordos, pero muy en mi interior sé que es verdad…

martes, 20 de julio de 2010

bailando bajo la lluvia

El sonido de un gotear llama mi atención
Eh de mencionar que ese goteo no proviene de alguna llave, gotera o simplemente del interior. Si no el llanto de un cielo melancólico.
Una luz cegadora entra por mi ventana, iluminando todo lo que la apertura de las cortinas le permite. Algo se ilumina en mi interior.
Segundos después llega lo esperado.
Un fuerte estruendo se convierte en el unico sonido.
La capucha de mi chamarra es lo que ahora cubre mi cabeza, mientras que la fría ventisca eriza mi los vellos de mi piel
Otro rayo cegador llega a la tierra convirtiéndose en unico iluminador, y su trueno el unico sonido
Al abrir la puerta de aquella azotea que tantas veces eh visitado en las mismas situaciones, un viento enfurecido me da la bienvenida tirando aquella capucha protectora, la ventisca de la ventana no era nada comparado.
Las gotas eran duras y frías, llegaban por todos lados, caían sin rumbo ni destino, como pequeñas piedras caían como penitencia a aquellos pecados olvidados, cada una de ellas estremecía mi ser con su contacto.
Mi aliento se volvía visible con el frío, y mi estomago se convertía en un nudo mortal.
La canción ya había comenzado, el acto tan esperado también.
Y con un gran salto comienza mi actuación.
Pasos por aquí, brincoteos por allá, uniendo los pasos con vueltas y giros. Mi cabello también quiere danzar, totalmente empapado por las frías gotas se convierte en mechones que se mueven cada uno a su propio son.
Ahora no soy yo la que se mueve, es mi alma.
Una alma dolida y vibrante en búsqueda de una salida, de un grito desesperado, de la libertad.
Yo no soy más que un alma dolida, un corazón roto y un cerebro calculador. El corazón ama, el cerebro piensa y el alma lucha.
El cerebro pelea continuamente con el corazón, que no escucha prueba ni razón, y el alma en continua búsqueda del sueño y motivo del vivir, es callado y censurado por los otros dos.
Todos desean el poder, desean expresarse.
Mi corazón se une con mi cerebro en una única cosa: la confusión.
y al alma la única salida que le puedo dar es esta:
Dejándola mover al son de una única eh impredecible melodía
Con un baila igual de impredecible, sin compás, sin rutina, sin aquellos temores a fallar.
Por que todo esta bien y permitido, por que al menos en esto no hay censura.

Solo los rayos contemplan aquella escena, una chica, no. Un cuerpo moviéndose al son de los truenos y el gotear, manejado por un alma en un intento desesperado de un grito sin censura.